Por: Roxanna Reyes
Para referirnos a la violencia es necesario remontarnos a los orígenes de la humanidad, encontrando el uso de la misma como medio de defensa contra cosas mayormente desconocidas. Se considera el primer homicidio registrado el de Caín contra su hermano Abel. Posteriormente, Grecia, Roma, los persas, los barbaros, entre otros, fueron culturas y civilizaciones fundadas sobre la base de la guerra y la violencia, observándose el periodo de la Venganza Privada y la Ley del Talión como medidas de solución los conflictos.
Jurídicamente, la violencia es la forma de vencer mediante el empleo de la fuerza la resistencia presentada por un objeto o persona, sin el consentimiento de esta última. En ese sentido, la violencia será física o psicológica. La violencia física define como el impacto que se produce en el cuerpo de una persona de manera directa, mediante el empleo de alguna parte del cuerpo humano (manos, pies, cabeza) o indirectamente el empleo de objetos contusos, punzantes, cortantes o punzo cortantes con o sin la efusión sangre, lo que puede ocasionar en muchos casos lesiones permanentes o hasta la pérdida de la vida misma.
La violencia psicológica es el patrón de conducta que utiliza con frecuencia la intimidación, el insulto y las agresiones verbales tendentes a la afectación de la integridad emocional de la persona.
[page]Por otra parte, se hace necesario referirnos al Control Social Informal como los agentes de socialización (Escuela, iglesia, Familia y los Medios de Comunicación Social, entre otros) y el Control Social Formal como las estructuras legales que regulan la vida en sociedad con la debida protección de los derechos fundamentales de toda persona.
Puede compararse lo expuesto previamente, a la defensa que ante una bacteria realiza el cuerpo humano, o los animales que mediante picaduras, mordeduras, patadas o arañazos se protegen del entorno. Esto significa que la sociedad se defiende mediante la imposición de penas oscilantes de 5 días hasta 30 años de reclusión.
Los representantes del Ministerio Público somos los guardianes de la sociedad, que como superiores de la Policía Judicial tenemos la responsabilidad de velar porque la persecución penal se realice dentro del marco más absoluto y transparente de respeto a los derechos de los procesados y víctimas.
Esto así en el entendido de que respetar los derechos y garantías consagradas a favor de todo detenido y/o acusado es el precio de la libertad y seguridad de todos.
Lo anteriormente expresado se fortalecerá y consolidará cada vez más tras la creación de una policía Técnica Judicial totalmente dependiente del Ministerio Público, así como de un sistema penitenciario con una estructura que promueva la reeducación y resocialización del infractor tal y como se labora actualmente con el Nuevo Modelo de Gestión Penitenciaria.
[page]Por otra parte, considerando que el Ministerio Público no sólo tiene el deber de investigar y perseguir la delincuencia sino de contribuir a la paz, tranquilidad y seguridad ciudadana, promovemos exitosamente la Solución Alternativa de Conflictos procurando la conciliación entre la partes, siempre la seguridad y el Orden Público no se encuentren comprometidos, finalizando el conflicto mediante el acuerdo y el diálogo, no la sanción, evitando así el ingreso de casos de menores al sistema judicial, lo que permite a los jueces concentrarse en casos realmente graves.
Para muestra de lo anteriormente señalado apreciamos el novedoso ejercicio de descentralización y Justicia Comunitaria ejecutado de manera exitosa por el Ex Procurador Fiscal del Distrito Nacional Dr. José Manuel Hernández Peguero (con quien tuve la distinción de laborar como Fiscal Adjunta) a través de las 13 Fiscalías Barriales situadas en los Barrios más conflictivos de la capital dominicana. Esto así porque la comunidad es quien mejor conoce sus conflictos.
En conclusión, establecemos que combatir la violencia creciente que nos afecta no es responsabilidad exclusiva del Ministerio Público, policías o jueces.Se requiere cada vez más una educación desde el hogar y las escuelas que promueva una cultura de paz, que permita establecer un Estado de Derecho donde a cada ciudadano y ciudadana se le otorgue lo que le corresponda según la ley.
Fuente: Procuraduria Genaral de la Republica.
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